Una de las decisiones que debemos tomar al redactar la versión definitiva de un texto es la de la longitud de las frases. No hay reglas gramaticales sobre ello, así que tan correcta es una frase de quince palabras como una ochenta y cinco. Es una cuestión de estilo personal o institucional. Por eso podemos encontrar ejemplos de lo más variado en textos procedentes de todos los ámbitos: literatura, prensa, Administración…
¿Cómo adoptar entonces un criterio? Si mi interés principal está centrado en mis lectores, en facilitarles la comprensión del texto, estoy decidiendo escribir con estilo llano y la longitud de mis frases no deberá ser un obstáculo.
Los expertos en la materia y los libros de estilo más valorados recomiendan redactar frases que no pasen, por regla general, de veinticinco palabras. Hay algunos, incluso, que sugieren frases que no superen las veinte. (Puedes consultar CASSANY, D.: La cocina de la escritura y Afilar el lapicero. Guía de redacción para profesionales, el libro de estilo de El País o cualquiera de los documentos sobre lenguaje ciudadano que menciono en “recursos”.).
Veamos un ejemplo:
La jefa provincial de Tráfico de Navarra, Belén Santamaría, acudió ayer a Zabaldika a uno de estos controles ya instalados, donde señaló que la campaña “se superpone a otras que ya se realizan habitualmente para detectar alta velocidad o consumo de alcohol y drogas en conductores”, aunque en este caso tendrá lugar en carreteras secundarias, donde en 2014 se han producido el 78% de los accidentes mortales en Navarra.
Fragmento de una noticia de Diario de Noticias, de Navarra
El texto anterior está bien escrito. Pero es una frase-párrafo de sesenta y nueve palabras, que sería más legible si estuviera dividida en tres oraciones. Quien redacta debe saber que puede colocar un punto y seguido casi donde quiera, siempre que vaya acompañado de los ajustes lingüísticos necesarios. Veamos una posible solución:
La jefa provincial de Tráfico de Navarra, Belén Santamaría, acudió ayer a Zabaldika a uno de estos controles ya instalados. Allí señaló que la campaña “se superpone a otras que ya se realizan habitualmente para detectar alta velocidad o consumo de alcohol y drogas en conductores”. En este caso, la campaña tendrá lugar en carreteras secundarias, donde en 2014 se han producido el 78% de los accidentes mortales en Navarra.
Como puedes comprobar, el texto apenas ha cambiado. Las palabras son casi las mismas, pero las frases son más cortas (veinte, veintiséis y veinticuatro palabras) y el texto es mucho más legible.
El manual de estilo de El País recomienda que una oración no contenga más de 20 palabras. Pero en ese mismo periódico Leila Guerrero publicó una frase de 306 palabras sin ni una coma:
http://elpais.com/elpais/2015/01/13/opinion/1421169721_105011.html
Es posible escribir frases largas y claras, pero es difícil y si no se sabe hacer es mejor no intentarlo.
Por cierto, la novela de Cela «Cristo versus Arizona» consiste en una sola frase con un solo punto, el punto final.
En fin, esos ejercicios de prestidigitación lingüística es mejor dejarlos para los genios. Los mortales es mejor que escribamos frases cortas.
Me gustaMe gusta