Son muy frecuentes los errores en el empleo de los relativos. Veamos algunos ejemplos:
1. En cuanto a las personas que le acompañarán en el nuevo gabinete, Miguel Laparra ha valorado de forma «muy positiva» la elección del resto de consejeros, a los que algunos conoce personalmente y de otros tiene referencias profesionales.
(Diario de noticias, 17 de julio de 2015)
En este caso, la obsesión por decirlo todo en una sola oración ha llevado al autor a producir esta frase disparatada. Un punto y seguido bien puesto –o un punto y coma- resuelve muchas veces el problema:
En cuanto a las personas que le acompañarán en el nuevo gabinete, Miguel Laparra ha valorado de forma «muy positiva» la elección del resto de consejeros. A algunos los conoce personalmente y de otros tiene referencias profesionales.
También podría haber mantenido la construcción con el pronombre de relativo:
“…la elección del resto de consejeros, a algunos de los cuales los conoce personalmente; de otros tiene referencias profesionales”.
En otros casos, el problema consiste en la omisión de una preposición obligada:
2. Hay dos personas que se van y que yo quería agradecerles su dedicación.
3. Este es el cliente que ayer te hablé de él.
4. Me refiero a los lectores que no les gusta la ciencia ficción.
5. Se celebrará la exposición en el mismo lugar que se celebró el año anterior.
6. Haremos un informe en el que nos ocuparemos de ciertos aspectos que no se han ocupado otros.
7. La norma que hablamos ya no está en vigor.
Las frases correctas son así:
• Hay dos personas que se van y a las que yo quería agradecer su dedicación.
• Este es el cliente del que ayer te hablé.
• Me refiero a los lectores a los que no les gusta la ciencia ficción.
• Se celebrará la exposición en el mismo lugar en el que se celebró el año anterior.
• Haremos un informe en el que nos ocuparemos de ciertos aspectos de los que no se han ocupado otros.
• La norma de la que hablamos ya no está en vigor.
Tal vez la explicación para este error tan frecuente esté en que, al usar el pronombre, aún no se tiene conciencia de la función sintáctica que va a desempeñar en la oración que encabeza. Si en la frase número 4 el autor hubiera escrito “Me refiero a los lectores que no aprecian la ciencia ficción”, la frase sería perfecta, dado que el “que” es el sujeto. En cambio, con “gusta”, es complemento indirecto y se requiere la presencia de la preposición “a” y el artículo los”.
Que este error se dé en la lengua oral, incluso en la formal, es explicable. Pero no tiene justificación en la lengua escrita. Puede que figure en el borrador, cuando lo que interesa al que escribe es el contenido. Sin embargo, una revisión mínimamente exigente debe identificar el error y solucionarlo.
Por otra parte, en algunas frases detectamos que la preposición está desplazada: acompaña al sustantivo antecedente, en lugar de preceder al relativo:
8. –Con la persona que te fuiste de copas es poco de fiar.
La solución es fácil:
La persona con la que te fuiste de copas es poco de fiar.
Finalmente, hay un error muy consolidado en la lengua oral y en la escrita consistente en la no utilización cuando corresponde del relativo «cuyo» o de cualquiera de sus variantes. «Cuyo» es un relativo peculiar, síntesis del pronombre relativo «que» y del posesivo «su». Es peculiar porque se refiere al antecedente pero concuerda con el consecuente:
9.-El bar que sus dueños no han pagado el impuesto será cerrado
El bar cuyos dueños no han pagado el impuesto será cerrado
Este uso está tan generalizado en la lengua oral, que una experta como Mar Garachana, que habla del fenómeno como «quesuismo», dice lo siguiente:
En el registro formal, la Academia indica que hay que evitar la sustitución de cuyo por que su o por que + determinante, que son una descomposición de cuyo; el relativo y el determinativo. Sin embargo, en la lengua oral creemos que es más natural el empleo de que su que el de cuyo.
(GARACHANA, Mar, «Norma culta», en MONTOLÍO, Estrella (Dir.), Manual de escritura Académica y profesional (Vol. I), edit. Ariel, Barcelona, 2014, pág. 118.)
Y pone este ejemplo, que considera «correcto»: «¿Cómo que no te acuerdas de Juan? Sí, hombre, sí. Ese amigo mío que su padre es de Sevilla».
Y en relación con el lenguaje jurídico-administrativo, la autora recuerda: «En expresiones hechas del tipo en cuyo caso, a cuyo efecto, a cuyo fin, con cuyo motivo, con cuya acción, en cuya circunstancia, por cuya causa, la Real Academia recomienda el uso del demostrativo o de tal«. (Pág. 119). Sería interesante que quienes redactan leyes, sentencias, informes o edictos lo tuvieran en cuenta.