Por un lenguaje administrativo más llano al servicio de la ciudadanía. Un bando muy mejorable

Todas las administraciones públicas tienen la obligación de dirigirse a la ciudadanía con un lenguaje claro. Y cuando se trata de un bando municipal, que se difunde sobre todo por medio de copias colocadas en lugares públicos como tablones de anuncios o puertas de los portales, la necesidad de claridad es aún más evidente.

Diré, de entrada, que el texto que comento, un bando del ayuntamiento de Burlada, no es disparatado y que cumple su objetivo de informar sobre las obligaciones de las personas dueñas de perros. Sin embargo, está redactado de tal forma que quienes lo leen se ven obligados a un esfuerzo que sería innecesario de haberse cuidado más la redacción.

 

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Vayamos por partes. El primer párrafo es el más criticable. Responde al esquema y al estilo habituales de muchos textos administrativos: es largo (una oración de 82 palabras) y difícil de leer porque aplaza la aparición de la información relevante, que se encuentra al final. No hay ningún error morfosintáctico ni ortográfico. Pero los lectores tienen que pasar por una farragosa enunciación de la fundamentación legal antes de llegar a lo que interesa.

La ley exige que en las comunicaciones de la Administración se incluya la fundamentación legal. Pero no dice el modo concreto de hacerlo. Y parece claro que la solución convencional no es la mejor. En este caso, por ejemplo, habría bastado con encabezar el párrafo con la información relevante. Algo así como: “Se recuerda que es obligatorio vacunar contra la rabia a todos los perros mayores de cuatro meses e identificarlos con un microchip”. Y vendría a continuación el resto: “Así lo recoge la Orden Foral del consejero de Salud…”.

También se podría mencionar la legislación por medio de una nota pie de página. En todo caso, tiene poco sentido distanciar tanto la fecha de la orden foral (19 de septiembre de 1994) de la de su publicación en el B.O.N. (5 de octubre de 1994). Y estoy convencido que con una mención más escueta de la referencia legal sería suficiente. De hecho, el encabezado real en el B.O.N. es este: «ORDEN FORAL DE 19 DE SEPTIEMBRE DE 1994, DEL CONSEJERO DE SALUD, POR LA QUE SE REGULA LA VACUNACIÓN ANTIRRÁBICA Y SE DESARROLLA EL DECRETO FORAL 370/1992, DE 9 DE NOVIEMBRE, POR EL QUE SE REGULA LA IDENTIFICACIÓN DE LOS PERROS EN LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA».

Hay en el texto un acierto evidente, que facilita la lectura. Me refiero a la estructura y al formato: la división en apartados, la disposición de parte de la información en listas, el uso de los espacios y las negritas ayudan en la lectura. Hay buena voluntad pero algún desacierto. Por ejemplo, es confuso el título del apartado “Destinatarios”: cualquiera que lo lea creerá, de entrada, que se refiere a las personas a las que el bando se dirige. Al leer vemos que no es así, sino que enumera los aspectos a los que el bando se refiere.

También mejoraría el texto si hubiera coherencia en el uso de los títulos: Empieza con “Destinatarios”, sigue con “Tarifas” y debería seguir con “Documentación” y “Lugar y fecha” pero no es así.

Para terminar, sugiero eliminar expresiones como “a tal efecto” y frases como “Lo que se hace público para general conocimiento”. Son innecesarias y miran más al pasado que al futuro.

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