Si no sabes por qué «sino» se escribe unido es porque…

Entre los errores ortográficos más frecuentes cometidos por aprendices y por profesionales se encuentran los relativos al uso de sino, si no, porque, por que, por qué y el porqué. Así, no es raro encontrar textos como los siguientes:

Si no estás seguro de si debes escribir sino o si no, vuelve a escribir la frase e intenta insertar una o varias palabras entre si y no. Por ejemplo: dada la frase Si no podemos llegar pronto, llamaremos por teléfono, podríamos insertar alguno de nosotros: Si alguno de nosotros no puede llegar pronto, llamaremos por teléfono. Tenemos la prueba de que si y no son dos palabras distintas, una conjunción copulativa y un adverbio de negación, que deberemos escribir separadas. Sin embargo, esa operación sería imposible cuando sino es una conjunción adversativa: No fue una buena idea sino todo lo contrario.

Existe, por otra parte, el sustantivo sino, que es un sinónimo de destino. Es una sola palabra que no utilizamos demasiado: Don Álvaro o la fuerza del sino. Ha vuelto a fallar: es su sino.

Un elemento que puede ayudarnos, además, es la acentuación: en sino, estamos ante una palabra llana, en la que la fuerza acentual recae sobre la primera sílaba. En cambio, en la secuencia si no, la primera palabra es átona y la segunda tónica.

Es habitual encontrar errores en la escritura de porque, por que, por qué y porqué. Es comprensible que esto ocurra, pero no es difícil entender las reglas:

-Utilizamos por qué cuando queremos saber la razón por la que alguien ha hecho algo: ¿Por qué no me pediste ayuda? En este caso, la pregunta es directa, pero la escritura sería idéntica si la pregunta fuera indirecta, tras un verbo de decir o pensar: Me pregunto, me gustaría saber por qué no me pediste ayuda.

-Escribimos porque en las respuestas: No te pedí ayuda porque no me hacía falta.

-La palabra porqué es un sinónimo de causa, razón o motivo cuando va precedida del artículo o de otro determinativo: No me llamaste y me pregunto el porqué (o la causa, el motivo, la razón). Nótese que la supresión del artículo nos obligaría a modificar la grafía, aunque suena exactamente igual: No me llamaste y me pregunto por qué.

-La secuencia por que (con las dos palabras separadas y sin tilde en que) es mucho menos frecuente en castellano. En ocasiones, aparece en oraciones de relativo un tanto forzadas y poco recomendables: Esta es la puerta por que salió. Mucho mejor: Esta es la puerta por la que salió.

En otras ocasiones, por funciona como preposición y que como nexo que introduce una subordinada sustantiva: Me preocuparé por que todos reciban lo que merecen, que expresa algo idéntico a Me preocuparé de que todos reciban lo que merecen.

Y si las cosas no estaban suficientemente complicadas, la Academia admite porque y por que en el caso de oraciones finales: Lucho por que alcances tus metas y Lucho porque alcances tus metas, que significan lo mismo que Lucho para que alcances tus metas.

Recuérdese que los errores con estas expresiones son más graves que los que consisten, simplemente, en colocar b por v. Quizá sean menos escandalosos, pero son más relevantes.

“Proceder”: un verbo que casi siempre sobra 

 

Se observa una tendencia creciente al uso innecesario del verbo proceder, en perífrasis verbales del tipo El secretario procedió a leer el acta. Y lo mismo ocurre en expresiones de carácter perifrástico con sustantivos abstractos como El secretario procedió a la lectura del acta. Este uso, muy frecuente en el lenguaje administrativo, se ha generalizado y podemos verlo en muy diferentes ámbitos:

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El texto es un aviso colocado en el portal de una vivienda. Y es evidente que quien lo ha redactado está contagiado del estilo administrativo y cree que Se procederá al corte es más elegante que el sencillo, claro y transparente Se cortará.

Algo similar ocurre en los siguientes ejemplos, tomados de la prensa:

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En los cuatro casos, el verbo proceder no aporta nada. Al contrario, hace más farragosa la frase en la que aparece. Sin duda habría sido recomendable prescindir de él y, simplemente, haber escrito:

-La escritora y poetisa Marina Aoiz leyó un poema.
-…y ella misma descubrió la placa.
-…todas las comunidades autónomas tienen que emitir nuevas tarjetas.
-El ayuntamiento de Los Arcos ha acordado adjudicar los servicios de bar de las piscinas…
-Una patrulla de la Policía Foral de la comisaría de Tafalla detuvo al presunto autor…

En ejemplo siguiente encontramos algo no demasiado habitual, como es una perífrasis doble: Va a proceder a retirar. Es una expresión recargada, de la que el autor podría haber prescindido en favor de va a retirar. Con ella habría quedado clara la intención del ayuntamiento, consistente en retirar en breve la bandera de Europa del mástil de la Casa Consistorial.

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Las perífrasis verbales -y las estructuras similares- son un buen recurso expresivo para matizar nociones de carácter aspectual (volvió a cometer un error) o modal (Tienes que escuchar más). Pero conviene no recurrir a ellas cuando no aportan nada: en esos casos no son clarificadoras ni elegantes.

La rima en los textos en prosa

La rima en los textos en prosa es poco aconsejable. Quien lee, aunque no sea en voz alta, la percibe como algo machacón, molesto o, peor aún, cómico. Por ello es conveniente evitarla, buscar otra solución.

No hay una regla escrita, pero se suele considerar rechazable la rima de tres elementos próximos en una misma frase, como ocurre en los textos siguientes:

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En los tres casos, con un pequeño esfuerzo, se podría haber encontrado otra solución que evitara uno de los tres términos:

-…ante la pregunta sobre cómo se estaba ejecutando la resolución por la que se instaba…

– …con mayor efectividad y más capacidad de responder a las demandas sociales.

-…la asociación busca presentarse a la sociedad navarra y difundir su actividad.

Los casos extraños de los textos en prosa con rima intencionada

Hay algunas personas que piensan que sus textos en prosa ganan en calidad y belleza por el hecho de forzar la presencia de la rima. Así, podemos encontrar textos –no muchos, es verdad- como el siguiente, escrito en prosa pero con rima buscada y predominio de grupos fónicos de entre ocho y diez sílabas. La voluntad es buena, pero el resultado…

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Problemas provocados por la excesiva distancia entre el antecedente y el relativo

En la entrada anterior hablaba de la cohesión y de las dificultades que a veces se dan en el manejo de la referencia. Indicaba que uno de los procedimientos básicos es la utilización de elementos anafóricos para evitar las repeticiones enojosas y, al mismo tiempo, no perder la referencia. Pues bien, los pronombres de relativo son un recurso anafórico inevitable, y también en su uso hay errores.

Veremos algunos ejemplos claramente mejorables. Casi siempre el problema lo provoca el hecho de que hay una distancia excesiva entre el referente (al que llamamos “antecedente”) y el pronombre. Ello da lugar a frases muy forzadas, a veces ambiguas, que exigen al lector un esfuerzo que habría sido innecesario si el relativo hubiera estado inmediatamente después del antecedente o se hubiera elegido otra forma de expres

1)

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En este primer texto, hay trece palabras entre el antecedente, La primera de estas sesiones y el relativo, en la que. La gramática no marca exactamente la distancia entre estos elementos. Pero es obvio que en este caso es excesiva y que el lector se ve sorprendido.
La solución más recomendable habría sido prescindir de la estructura de relativo y utilizar un punto y seguido y un pronombre demostrativo. Con ello, de paso, se evitaría una frase demasiado larga:

La primera de estas sesiones tuvo lugar el 18 de mayo, con la Delegación de Participación Ciudadana como ponente. En ella se insistió en que las personas que se vean afectadas por este tipo de delitos deben interiorizar que, lejos de sentir vergüenza o humillación, tienen que comprender que están siendo víctimas de delitos como extorsión,…

2)

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Cualquier lector competente aplica automatismos variados en el proceso de lectura, automatismos que le permiten leer de forma eficaz. Uno de ellos es identificar como antecedente del relativo la palabra o expresión inmediatamente anterior.

De este modo, tenderá a creer que el antecedente del relativo la que es la Asociación Turística Tierras de Iranzu. Sin embargo, cuando sigue leyendo, el sentido le dice que está equivocado, que ese no puede ser el antecedente. Y entonces debe releer para comprobar que el antecedente tiene que ser La recién concluida Semana Santa. La distancia excesiva entre el antecedente y el relativo han provocado una dificultad de lectura innecesaria, que no existiría si quien ha escrito el texto hubiera optado, por ejemplo, por esta solución:

La recién concluida Semana Santa se ha cerrado con un balance muy positivo para la Asociación Turística Tierras de Iranzu. Ha aumentado el número de visitantes de dentro y fuera de Navarra, sobre todo de la Comunidad Autónoma Vasca y Cataluña”. (resolvemos, de paso, el disparate semántico de han crecido los visitantes).

3)

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Como ya se ha dicho, la distancia excesiva entre antecedente y relativo, además de entorpecer la lectura, a veces genera ambigüedad. En este caso, es razonable dudar, al menos en una primera lectura: ¿cuál es el antecedente de cuya formación: una mesa de trabajo o expertos? El texto sería más claro redactado de otro modo:

Los primeros pasos se comenzarán a dar este mismo mes de marzo con la formación de una mesa de trabajo plural e integrada por partidos, vecinos, colectivos y expertos. Su composición se decidirá dentro de unas semanas en una Junta de Gobierno.

4)

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De nuevo nos encontramos con otro caso de antecedente dudoso. Cuya intención podría referirse a La exposición, a Camino Paredes y a cinco hombres y cinco mujeres. Si, como creo, se trata de La exposición, el texto sería mucho más claro redactado de este modo:

La exposición, comisariada por la directora del Museo, Camino Paredes, reúne un conjunto de 20 obras realizadas por cinco hombres y cinco mujeres. Su intención es poner en evidencia que ‘el género no tiene que ser nunca un menoscbo sino una faceta más de la vida’, explicó.

 

Repetimos: no hay una regla estricta, pero sabemos que el relativo debe ir lo más cerca posible del antecedente. Cuando esto no es posible, contamos con otras opciones mejores que un relativo muy distanciado. Son opciones que, además, suelen evitar la redacción de frases excesivamente largas.

Errores y aciertos en el mantenimiento del referente

Escribir bien requiere manejar con soltura los mecanismos de la cohesión. Debemos asegurarnos, por una parte, de que el texto avanza, de que no hay repeticiones innecesarias y entorpecedoras; y, por otra, de que no se pierde el hilo, el referente.

Lo bueno –y lo malo, al mismo tiempo- es que no hay reglas estrictas para el manejo de esos mecanismos (repeticiones varias, elipsis, empleo de elementos anafóricos…). Las únicas reglas indiscutibles son que quien lee debe saber de qué se está tratando, sin hacer demasiados esfuerzos, y que no hay que repetir innecesariamente. Veremos a continuación varios casos en los que estas reglas se incumplen.

1. Distancia excesiva entre el referente y el elemento anafórico que remite a él

Una forma de evitar la repetición es el empleo de elementos anafóricos (este, él, aquella, su…). Ahora bien, no debe haber demasiada distancia entre ambos elementos si queremos que el lector los relacione sin dificultad, sepa que uno remite al otro. Es lo que sucede en estos dos ejemplos:

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En ambos casos quien lee tiene que hacer un esfuerzo, volver atrás para reconocer a qué se refieren uno de ellos y todas ellas. Evitaríamos el problema con una formulación más clara, que incluya una repetición parcial: Uno de los jóvenes y todas las salas.

2. Uso incorrecto de “el mismo” como sustituto anafórico

Mismo es un adjetivo cuyo significado es “idéntico”, “exactamente igual”: Las tres hermanas usaban el mismo coche, Ambos tienen el mismo problema.

Pero hay una notable tendencia a utilizarlo con valor de pronombre sustituto de un sustantivo anterior. Así, es frecuente encontrar frases como la siguiente: Luego tuvo lugar la conferencia y en la misma intervino nuestro invitado.

Podemos utilizar en su lugar un pronombre personal, uno de relativo, un adjetivo posesivo… A veces, incluso, no hace falta ningún sustituto: Luego tuvo lugar la conferencia y en ella intervino nuestro invitado. Otra variante, en este caso, sería la estructura de relativo: …., en la que intervino nuestro invitado.

Veamos varios ejemplos del mal uso de el mismo y las posibles soluciones:

                        a)                                                         b)

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                    c)                                                             d)

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En el texto a) sobra el mismo: Una vez identificado el conductor…. En b), también: Un hecho antecedido de un batzarre del pueblo que acordó expulsar a la familia … En este caso, además, la frase resulta confusa, y el lector tiene que releer para reconocer que el referente de el mismo es el pueblo y no una persona. En c) debemos suprimir la misma: …aunque parece que cae en saco roto, porque…. En d) resolvemos el problema con el adjetivo posesivo: …aunque sí pudo apuntar sus datos.

Obsérvese, por otro lado, el uso correcto de la misma y las mismas en c) y en d): …se repite la misma súplica y …según las mismas fuentes.

3. Uso incorrecto de la elipsis

La elipsis es un recurso muy recomendable, que proporciona fluidez al texto, siempre que no haya riesgo de ambigüedad o de incoherencia. Es lo que ocurre en el siguiente texto:

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El texto comienza hablando de los agentes, que funciona como el referente, aquello de lo que se trata. Quien lee interpreta que el sujeto del verbo de la coordinada copulativa, intentaron, es el mismo que el del primer verbo, identificaron. Pero enseguida se ve obligado a rectificar su primera interpretación: el autor ha abusado de la elipsis. Una solución mejor habría sido esta: Los agentes identificaron a los autores en la vía pública después de observar en ellos una actitud sospechosa. Cuando estos se percataron de la presencia policial, intentaron ocultarse en el interior de la tienda que regentaba uno de ellos, ...

La reiteración excesiva es muy poco aconsejable cuando el sentido es claro:

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La solución es fácil: …1700 gramos de speed, 2100 de marihuana, 550 de hachís, 25 de cocaína, 5 de cristal y diversos elementos utilizados….

4. Sustitutos léxicos poco adecuados

Un recurso indicado para evitar la monotonía es la utilización de sustitutos nominales, que, por otra parte, no tienen por qué ser sinónimos perfectos. Ahora bien, no todo sirve. El lector se ve sorprendido con la utilización de El Cuerpo como sustituto de La Policía Foral en el texto siguiente. En este caso, la repetición sin más habría sido más recomendable:

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Disponemos de muchos mecanismos lingüísticos para garantizar el mantenimiento del referente y evitar la repetición innecesaria. Conviene, por otra parte, ser conscientes de que ciertas reformulaciones léxicas pueden estar marcadas subjetivamente. Su uso será acertado siempre que responda a nuestra voluntad comunicativa. Así, podemos referirnos a Fraga Iribarne como el exministro franquista, el fundador de AP, uno de los padres de la Constitución…pero no todas las fórmulas son válidas para cualquier ocasión.

El uso de los dos puntos

Encontramos con cierta frecuencia errores en el uso del signo de dos puntos. Los errores se deben tanto a la ausencia del signo cuando es obligatorio, como a su presencia cuando se debería escribir otro signo de puntuación.

Por otra parte, en ciertos casos, este signo de puntuación es un recurso interesante al servicio de quien escribe, muy útil para reforzar la relación semántica entre segmentos de un enunciado.

 

1. Los dos puntos en enumeraciones anunciadas

En cada uno de los tres textos siguientes aparece una enumeración anunciada (28 hechos delictivos, Dos indicadores positivos y Dos áreas diferenciadas). Y en los tres casos el autor ha utilizado erróneamente la puntuación: dos comas y un punto y coma, en lugar de dos puntos, que sería el signo indicado:

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dav

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No es necesario que el anuncio de la enumeración incluya la cantidad de elementos, como sucede en estos tres ejemplos. Hay otras fórmulas:

Los participantes son los siguientes:
Estos son los participantes:

No deberemos escribir dos puntos, sin embargo, cuando la serie no se anuncia de ningún modo. Así, es incorrecto el uso de dos puntos en el texto siguiente:

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Lo correcto sería:

manifestándose en nosotros la enfermedad, las dificultades, fracasos económicos, de pareja, miedos…

 

2. Dos puntos en estructuras no enumerativas con elemento anticipador

Veamos tres ejemplos en los que en la primera parte de la secuencia se anuncia algo que se concreta o ejemplifica en la segunda. En este caso, está particularmente indicado el uso de dos puntos, y no el punto y coma o el punto:

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Lo correcto habría sido lo siguiente:

Tuvo otro protagonista de lujo: el venerado pimiento del piquillo…
…disfrutar de un plato típico de la gastronomía navarra: las migas de pastor.
Queremos indicar lo siguiente: el programa de intercambio recíproco…

 

3. Los dos puntos ante las citas textuales

Es obligatorio escribir dos puntos cuando reproducimos literalmente lo dicho o pensado por alguien. Y no es aceptable la mezcla de estilo directo e indirecto, algo que ocurre en los dos textos siguientes:

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Lo correcto sería esto:

…afirmó, tras ganar el concurso: “He dedicado 5 horas diarias a su cultivo…, o

…afirmó, tras ganar el concurso, que había dedicado 5 horas diarias a su cultivo…

Reconoce que no tienen varitas mágicas y que hay que actuar en muchos aspectos para mejorar la atención, o

Reconoce: “No tenemos baritas mágicas y tenemos que actuar en muchos aspectos para mejorar la atención”.

Sin embargo, si el verbo de decir o pensar que introduce la cita aparece después de esta, no utilizaremos dos puntos sino una coma:

«He dedicado cinco horas diarias a su cultivo, afirmó tras ganar el concurso».

 

4. Dos puntos entre oraciones yuxtapuestas

Los dos puntos son un buen recurso en manos del escritor para expresar relaciones de carácter lógico-semántico de distinto tipo: oposición, conclusión o causa-efecto. Es lo que ocurre en los siguientes ejemplos:

-La obra no es una buena novela, sin más: es su mejor novela.
-Los problemas se fueron acumulando día tras día: al final llegó el desastre inevitable.
-Le quitaron la beca: había suspendido todas las asignaturas.

En estos casos, el signo de dos puntos está en el lugar en que podría figurar una conjunción («sino», «y», «porque»). La opción de los dos puntos es interesante, pero solo si no hay riesgo de pérdida de sentido o de ambigüedad. Si lo hubiera, sería preferible recurrir al nexo respectivo.

5. Dos puntos en cartas o textos similares

Debemos utilizar dos puntos (y no la coma, como se hace en el ámbito anglosajón), tras la expresión de saludo, en forma de vocativo, en cartas o documentos similares:

Estimado cliente:
-Querida Marisa:
-Hola, Juan Luis: Me dirijo a ti para…

Para terminar, recuérdese que en algunos casos hay que emplear mayúscula tras el signo de dos puntos: en las cartas y en las citas literales.

La pasiva refleja: errores y recomendaciones

La estructura de pasiva con “se” o pasiva refleja es muy utilizada en castellano, bastante más que la pasiva perifrástica o pasiva convencional, formada con el auxiliar “ser” y el participio correspondiente.

Así, es más probable encontrar enunciados como Se recibieron muchos regalos” que Fueron recibidos muchos regalos, expresión correcta, pero que cualquier usuario del castellano percibiría como anómala.

Existen, por otra parte, otras construcciones con “se” que facilitan la presencia de errores. Hablamos de las oraciones impersonales con «se» (Se come bien aquí, Se agredió al periodista), de las reflexivas (Ella se hizo la cena) así como de frases con verbos pronominales (Se dedica al teatro, Se fue a las siete).

Errores derivados del cruce entre las estructuras de pasiva refleja y la impersonal con “se”

El error más frecuente es el que consiste en cruzar la estructura de pasiva refleja con la de impersonal con «se». En ocasiones, podemos elegir entre estas dos posibilidades para comunicar el mismo significado. Veamos un ejemplo:

Cada cuatro años se elige a los concejales
Cada cuatro años se eligen los concejales

La primera es impersonal activa transitiva, también llamada impersonal refleja, con el verbo en singular. La segunda es pasiva refleja, y en ella “los concejales” funciona como sujeto paciente. Ahora bien, la segunda puede resultar ambigua, porque podría interpretarse también como recíproca: los concejales se eligen entre sí; por ello es más recomendable la primera: Cada cuatro años se elige a los concejales.

Lo inadmisible es cruzar ambas estructuras, algo que ocurre con frecuencia y da lugar a expresiones agramaticales como las que se recogen en los textos siguientes:

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35-se-excluyan-a-los-titulados_12mar

35-se-elegiran-a-todos-sus-cargos_24a

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Lo correcto habría sido:

Se ha detenido a siete personas
Que no se excluya a los titulados en Biología
Se elegirá a todos los cargos de dirección
Se convoca a las partes
Se sobornó a cuatro representantes

 

Las pasivas reflejas con complemento agente

Las oraciones pasivas, especialmente las formadas con ser + participio, pueden contar con complemento agente: Los regalos fueron enviados por sus familiares. Sin embargo, no se recomienda la presencia de este complemento en las pasivas reflejas, por muy extendida que esté esta práctica en los textos de los ámbitos judicial y administrativo (Se solicitaron nuevas pruebas por el fiscal). Esta recomendación figura claramente recogida en el estudio, muy recomendable, llevado a cabo por la “Comisión para la modernización del lenguaje jurídico”, coordinado por Estrella Montolío Durán. En ocasiones, como puede verse en los ejemplos siguientes, la preposición “por” es sustituida por locución “por parte de”:

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dav

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No podemos decir que el uso de la pasiva sea incorrecto en estos casos. Pero es evidente que la formulación en voz activa, con el sujeto por delante, facilitaría la lectura:

-A pesar de que algunas fuerzas políticas han insistido…
-Distintos miembros de la Comisión presentaron diversas alegaciones
-La persona responsable del establecimiento dio a conocer los hechos
-El representante de la zona pirenaica y de Adecana volvió a solicitar

 

Recomendación final para un lenguaje más llano

Todos los manuales de estilo recomiendan no abusar de las estructuras pasivas. Tanto los libros de estilo de los periódicos como los manuales de lenguaje llano dirigidos a las personas que trabajan en la Administración Pública insisten en lo mismo. La explicación de esta insistencia es fácil: está comprobado que el abuso de estructuras de pasiva es un factor que añade dificultad a los textos. Es decir, aquellos textos en los que se abusa de la pasiva resultan más difíciles de entender para los destinatarios, entre otras razones, porque en ellos se tiende a ocultar el sujeto.

Errores de concordancia

Se dan muchos errores de concordancia que solo son explicables por descuido y falta de revisión. Son errores de concordancia de número, de género o de ambos entre el sujeto y el verbo, entre el complemento directo y su complemento predicativo, así como entre un sustantivo y el adjetivo o un participio, y entre el relativo y su antecedente.

1. Concordancia entre el sujeto y el verbo

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El sujeto está en plural (las peñas), luego los verbos refuerza y salva deben ir en plural. Tal vez en este caso la anteposición de los verbos haya confundido al redactor. Este orden también es natural en castellano y no debe modificar la concordancia.

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Un sujeto plural (cuatro de cada diez personas) exige un verbo en plural. Es interesante observar que la gran distancia entre el sujeto y el verbo ha podido ser decisiva en el error. Algo similar ocurre en el ejemplo siguiente: (Las discrepancias / *ha desembocado):

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2. Concordancia entre el complemento directo y su complemento predicativo

No es fácil encontrar errores de concordancia entre el sujeto y el complemento predicativo (Ella recibió contenta su premio), pero no son raros entre el complemento directo y su complemento predicativo:

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En los cinco ejemplos se da una coincidencia: el predicativo está antepuesto, es decir, figura antes la palabra o expresión que debe concordar (culpable, sostenible, permitido, ciegos y censadas) que la que condiciona el género o el número (Los acusados, las pensiones, la entrada, trece personas y negocios). Si no hay una relectura cuidadosa, el error permanece.

3. Otros problemas de concordancia

-Secuencia formada por un sustantivo femenino y otro masculino, que exige un adjetivo masculino: las actuaciones y los ejes de acción *relativas.

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-Sustantivo en plural acompañado por dos adjetivos en singular: partidos/ *más completo y vistoso.

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-Antecedente femenino seguido de un relativo masculino: nueve viviendas /*en los que… En este caso, como ya se ha visto antes, la distancia anómala entre el antecedente y el relativo ha favorecido el error de concordancia.

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-Para terminar, un error cada vez más consolidado, hasta el punto de que suele pasar desapercibido a escritores y correctores. Es el consistente en usar el pronombre personal le, singular, en función de complemento indirecto, en lugar de les, cuando el elemento sustituido es plural: DorándoLE la píldora a nuestroS verdugoS:

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Ninguno de estos casos debería ofrecer dudas a quienes escriben. Los errores no son resultado del desconocimiento sino del descuido y de la falta de revisión.

A vueltas con el gerundio

El gerundio es una forma verbal muy utilizada en castellano. Sus posibilidades expresivas son muchas, tanto en su variante simple como en la compuesta, en voz activa y en pasiva. Pero en su uso se cometen abundantes errores. Algunos de los más llamativos, curiosamente, gozan de cierto prestigio en determinados ámbitos, como el jurídico-administrativo y el de los medios de comunicación.

1. El gerundio de posterioridad

Estamos ante el error más frecuente. En principio, la acción a la que se refiere el gerundio debe ser anterior a la de la principal: Estudiando mucho, acabó la carrera en tres años, y no *Estudió mucho, acabando la carrera en tres años. También puede expresar una acción simultánea: Se distraía viendo programas deportivos (ambas acciones, distraerse y ver, ocurren al mismo tiempo).

Veamos un par de ejemplos:

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posterioridad

En los dos ejemplos anteriores, el gerundio expresa algo que ocurrió o debería ocurrir después de la acción principal. En el primer texto, sabemos que el conductor perdió el control de su vehículo y luego se salió de la calzada y cayó a un campo. En cuanto al segundo, es obvio que habrá que introducir en los contenedores los excrementos de los perros después de haberlos recogido y envuelto “convenientemente”.

Esta debería ser la redacción correcta:

-El conductor perdió el control de su vehículo, se salió de la vía y, posteriormente, cayó a un campo. O, mejor: El conductor perdió el control de su vehículo, que se salió de la vía y, posteriormente, cayó a un campo.

-El poseedor del animal deberá recoger los excrementos que este deposite y los introducirá, convenientemente envueltos, en los contenedores situados en el Parque.

2. El gerundio que complementa a un sustantivo

En textos de distinto tipo, especialmente en los de carácter administrativo, es fácil encontrar construcciones del tipo Se ha aprobado un decreto regulando…, o Se necesita camarero hablando inglés. Veamos un ejemplo:

sustantivo-de-persona-y-de-cosa
En este caso, la forma aconsejable sería esta:

…ayer se aprobó una declaración QUE RECOGÍA sus planteamientos, pero también fueron visibles varias personan QUE LUCÍAN insignias con los colores republicanos.

No obstante, de acuerdo con la gramática de la RAE, son más tolerables las construcciones de gerundio que dependen de verbos de percepción física (contemplar, distinguir, escuchar…) y de percepción mental o intelectiva (figurarse, imaginarse, recordar…). Según esto, el segundo gerundio, luciendo, es aceptable, del mismo modo que son aceptables y vemos con normalidad expresiones como: Lo vi en el pasillo abrazando a su madre o No me imagino a su hermano rechazando la oferta.

3. La oración de relativo explicativa es a veces una alternativa mejor

En algunos casos el uso del gerundio es especialmente forzado y una oración de relativo explicativa es una solución excelente para evitarlo:

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…, informó sobre la reorganización de la UCI y los quirófanos de Pediatría, QUE PERMITIRÁ a las y los menores ingresados pasar más tiempo acompañados por sus familiares.

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Se ha producido también un incremento en los robos con fuerza en el interior de vehículo, QUE HAN PASADO de 5 a 11 denuncias en relación con 2015…

4. Gerundio que sustituye a estructuras copulativas

Encontramos muchas expresiones con gerundio que resultarían mucho más correctas y claras si se sustituyeran por una oración copulativa.

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Una opción mejor:

Se localizó en una explotación ganadera cercana una plantación de 250 plantas de marihuana en crecimiento Y SE PROCEDIÓ a su aprehensión, por lo que…

copulativa

Debido a ello, no nos permitimos estar en nuestra propia vida y realizar nuestros proyectos, Y SE MANIFIESTAN en nosotros la enfermedad, las dificultades económicas…

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Se acordaba que Madrid abonaría 300.000 euros para dicho centro Y el ejecutivo foral (de UPN) PONDRÍA la misma cantidad.

5. El punto y seguido: otra solución para evitar un gerundio confuso

A veces, la solución consiste en romper con un punto la oración compuesta  y sustituir el gerundio por un verbo en forma personal. Veamos un par de ejemplos:

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…del polígono 22 de Arruitz (Larraun). Dicho anuncio FUE PUBLICADO en el Boletín Oficial de Navarra nº 55 de 21 de marzo de 2016 y ESTUVO SOMETIDO a un periodo de información pública durante veinte días hábiles,…

dav

 

…y traumatismo en nariz por herida incisa”. El herido FUE TRASLADADO al Hospital de Estella y derivado posteriormente al Hospital Virgen del Camino de Pamplona…

Esta solución aporta dos ventajas: el texto es más correcto y resulta más legible, puesto que fragmenta una oración especialmente larga y de difícil lectura.

El gerundio es una forma verbal que da mucho juego en castellano, pero es recomendable no abusar de él y, en caso de dudas, optar por una solución más fiable.

Comas que sobran, comas que faltan

Comas que sobran

El error más habitual en el uso de la coma consiste en colocarla entre el sujeto y el verbo. Seguramente influye en ello nuestra tendencia a hacer una pausa enfatizadora tras el sujeto en el acto de la lectura. Es una pausa que ayuda a quien escucha, pero que nunca debe reflejarse como una coma en la escritura.

En menor medida se encuentran casos de uso incorrecto de la coma entre el verbo y el complemento directo, entre el verbo y el complemento indirecto y entre el verbo y el atributo.

Veamos el texto siguiente:

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La primera coma marcada separa el verbo (sacar) del complemento directo (el arrendamiento de la vivienda y posada de Labayen). Las tres siguientes comas están incorrectamente colocadas entre el sujeto y el verbo (la fianza/es, las proposiciones/se ajustarán y el pliego/se halla).

El error es muy frecuente en aquellos casos en los que el sujeto es extenso, a veces con subordinada de relativo incluida (el pliego de condiciones que rige esta adjudicación/se halla…). Es lo mismo que sucede en los dos ejemplos siguientes:

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Comas que faltan

Es muy fácil encontrar casos en los que el error consiste en la ausencia de una coma donde debería figurar.

Los vocativos

Los vocativos deben ir entre comas, si se encuentran en el interior de una frase, o seguidos de una coma si la encabezan.

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En el ejemplo falta la coma entre entiéndanlo y señores. El autor conoce la regla sobre los vocativos y coloca la segunda coma, pero, traicionado por el hecho de que no hacemos una pausa al leer o al hablar, olvida la primera.

 

Las comas en los incisos

Para delimitar los incisos, disponemos de las comas y de los paréntesis. Conviene reservar los paréntesis para aquellos incisos que contienen una información menos relevante, así que utilizaremos comas en la mayor parte de los casos.

Un error frecuente es olvidar una de estas comas, sobre todo la primera, como acabamos de ver en el ejemplo del vocativo. Da la impresión de que quienes escriben tienen conciencia clara de que es un inciso cuando lo acaban, y por eso colocan la coma posterior, pero no se dan cuenta de que falta la inicial. Es lo que ocurre en los textos siguientes:

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En el segundo caso, más que de un inciso en sentido estricto, estamos ante un caso de subordinada condicional que se antepone a la oración principal. Nótese que, si esa subordinada figurara a continuación de la principal, no debería haber coma o, al menos, no sería obligatoria: La decisión sería recurrida de acordarse por parte del Juzgado de Instrucción número 5 el sobreseimiento del caso.

 

Las comas que delimitan conectores

Hay toda una serie de conectores discursivos que van separados por una coma si figuran al comienzo de la oración o por dos comas si aparecen en el interior de la frase. Me refiero a los siguientes, entre otros: es decir, o sea, por ejemplo, nos obstante, sin embargo, por el contrario, por lo tanto, en consecuencia, por ello, en conclusión, en cambio, en primer lugar

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Así pues, lo correcto en el ejemplo anterior sería: …de la red asistencial convencional, es decir, la que se presta en los centros de salud…

Coma tras los complementos circunstanciales y las subordinadas adverbiales colocados al comienzo de la oración

Es frecuente ver enunciada la regla según la cual sería obligatorio colocar una coma tras los complementos circunstanciales que preceden al verbo. Pero lo cierto es que la regla no existe y que esa coma es, en muchos casos, opcional. Se recomienda la coma cuando el complemento es extenso y cuando nos interesa destacar determinada información. En cambio, se recomienda no poner coma cuando el complemento es corto (En nuestra casa todo el mundo es bien recibido).

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El complemento En una de las intervenciones por un rebrote en el término de Artajona es muy largo, así que está indicado el uso de la coma. Pero no se recomienda poner coma en el segundo párrafo, después de Durante toda la noche.

Sin embargo, es obligatoria la coma cuando el complemento –con frecuencia un adverbio- afecta a toda la oración y no solo al verbo (Honradamente, debo decirte que no estoy de acuerdo). Y lo mismo ocurre con los complementos encabezados por expresiones como en relación con, en cuanto a, en lo que se refiere a…:

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En ambos casos la coma es necesaria: En lo referente a la Orden de Vedas, por parte de los distintos miembros…; y En cuando al año de gobierno, la parlamentaria Marisa de Simón

Para terminar, es necesario el uso de la coma tras las oraciones subordinadas causales, finales, condicionales y concesivas colocadas delante de la principal. En el ejemplo siguiente, debe colocarse una coma tras la subordinada final, entre pacientes y trabajan.

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Sin embargo, si cambiáramos el orden, la coma no estaría indicada: Trabajan en su seguimiento de forma reactiva y proactiva para evitar lagunas de atención a estos pacientes.

Para más información sobre el uso de la coma, véase REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Ortografía de la lengua española, Espasa Libros, S.L.U., Madrid, 2010, págs. 302-349.