Un error frecuente en la construcción de oraciones

Veremos en esta entrada una serie de textos en los que se da un error bastante frecuente, que no hemos analizado en entradas anteriores: hablamos del anacoluto que consiste en desplazar el sujeto o el complemento directo de la subordinada sustantiva a sujeto aparente de la principal.

1)

En este texto, como en los siguientes, se produce el mismo fenómeno: una frase empieza con lo que parece que va a ser el sujeto (sus efectos concretos), pero que luego resulta que no lo es. Aquí funciona como complemento directo de una segunda subordinada sustantiva cuyo verbo es conocer.

El fenómeno es característico de la lengua oral: al hablar tendemos a comenzar  la frase con aquello que nos parece más relevante semánticamente, sin tener conciencia de qué estructura oracional va a resultar. Una vez hecho, no hay solución fácil y nos encontramos con el anacoluto. Pero esto no tiene justificación en la lengua escrita. Una revisión del texto debería servir para detectar el error.

La forma correcta debería haber sido esta:

… para hacer frente a las consecuencias del ‘brexit’, aunque cree que es imposible por ahora conocer sus efectos concretos.

2)

En este caso, ha sucedido lo mismo que en primero, con un resultado igualmente inaceptable.

La redacción correcta debería haber sido algo así:

Se prevé financiar prácticamente todas las modificaciones de gasto registradas por UPN a costa del fondo de contingencia.

3)

El número de demandas es sujeto del verbo se dispare, no de se espera, que es impersonal. Esta sería una redacción correcta:

Se espera que el número de demandas se dispare y que tal explosión la asuma el Juzgado de Primera Instancia 7 de Pamplona.

4)

Redacción correcta para una frase que, por otra parte, es bastante retorcida:

Salvo que un recurso eche atrás esta conclusión del sumario, se presume que el juicio se celebrará en mayo.

5)

En el último texto, el problema es mayor, porque hay algo más que el desplazamiento mencionado: la sucesión de incisos y la acumulación de subordinadas dan como resultado que la frase quede truncada, incompleta.

Esta podría ser una versión aceptable:

Por otra parte, es de mencionar que Saray, la Asociación Navarra de Cáncer de Mama, destacó el pasado martes que es cierto que se ha conseguido disminuir el tiempo de espera para recibir los resultados de estas pruebas: antes era de dos o tres meses, y ahora no se demora más de quince días.

Errores y aciertos en el mantenimiento del referente

Escribir bien requiere manejar con soltura los mecanismos de la cohesión. Debemos asegurarnos, por una parte, de que el texto avanza, de que no hay repeticiones innecesarias y entorpecedoras; y, por otra, de que no se pierde el hilo, el referente.

Lo bueno –y lo malo, al mismo tiempo- es que no hay reglas estrictas para el manejo de esos mecanismos (repeticiones varias, elipsis, empleo de elementos anafóricos…). Las únicas reglas indiscutibles son que quien lee debe saber de qué se está tratando, sin hacer demasiados esfuerzos, y que no hay que repetir innecesariamente. Veremos a continuación varios casos en los que estas reglas se incumplen.

1. Distancia excesiva entre el referente y el elemento anafórico que remite a él

Una forma de evitar la repetición es el empleo de elementos anafóricos (este, él, aquella, su…). Ahora bien, no debe haber demasiada distancia entre ambos elementos si queremos que el lector los relacione sin dificultad, sepa que uno remite al otro. Es lo que sucede en estos dos ejemplos:

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En ambos casos quien lee tiene que hacer un esfuerzo, volver atrás para reconocer a qué se refieren uno de ellos y todas ellas. Evitaríamos el problema con una formulación más clara, que incluya una repetición parcial: Uno de los jóvenes y todas las salas.

2. Uso incorrecto de “el mismo” como sustituto anafórico

Mismo es un adjetivo cuyo significado es “idéntico”, “exactamente igual”: Las tres hermanas usaban el mismo coche, Ambos tienen el mismo problema.

Pero hay una notable tendencia a utilizarlo con valor de pronombre sustituto de un sustantivo anterior. Así, es frecuente encontrar frases como la siguiente: Luego tuvo lugar la conferencia y en la misma intervino nuestro invitado.

Podemos utilizar en su lugar un pronombre personal, uno de relativo, un adjetivo posesivo… A veces, incluso, no hace falta ningún sustituto: Luego tuvo lugar la conferencia y en ella intervino nuestro invitado. Otra variante, en este caso, sería la estructura de relativo: …., en la que intervino nuestro invitado.

Veamos varios ejemplos del mal uso de el mismo y las posibles soluciones:

                        a)                                                         b)

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                    c)                                                             d)

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En el texto a) sobra el mismo: Una vez identificado el conductor…. En b), también: Un hecho antecedido de un batzarre del pueblo que acordó expulsar a la familia … En este caso, además, la frase resulta confusa, y el lector tiene que releer para reconocer que el referente de el mismo es el pueblo y no una persona. En c) debemos suprimir la misma: …aunque parece que cae en saco roto, porque…. En d) resolvemos el problema con el adjetivo posesivo: …aunque sí pudo apuntar sus datos.

Obsérvese, por otro lado, el uso correcto de la misma y las mismas en c) y en d): …se repite la misma súplica y …según las mismas fuentes.

3. Uso incorrecto de la elipsis

La elipsis es un recurso muy recomendable, que proporciona fluidez al texto, siempre que no haya riesgo de ambigüedad o de incoherencia. Es lo que ocurre en el siguiente texto:

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El texto comienza hablando de los agentes, que funciona como el referente, aquello de lo que se trata. Quien lee interpreta que el sujeto del verbo de la coordinada copulativa, intentaron, es el mismo que el del primer verbo, identificaron. Pero enseguida se ve obligado a rectificar su primera interpretación: el autor ha abusado de la elipsis. Una solución mejor habría sido esta: Los agentes identificaron a los autores en la vía pública después de observar en ellos una actitud sospechosa. Cuando estos se percataron de la presencia policial, intentaron ocultarse en el interior de la tienda que regentaba uno de ellos, ...

La reiteración excesiva es muy poco aconsejable cuando el sentido es claro:

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La solución es fácil: …1700 gramos de speed, 2100 de marihuana, 550 de hachís, 25 de cocaína, 5 de cristal y diversos elementos utilizados….

4. Sustitutos léxicos poco adecuados

Un recurso indicado para evitar la monotonía es la utilización de sustitutos nominales, que, por otra parte, no tienen por qué ser sinónimos perfectos. Ahora bien, no todo sirve. El lector se ve sorprendido con la utilización de El Cuerpo como sustituto de La Policía Foral en el texto siguiente. En este caso, la repetición sin más habría sido más recomendable:

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Disponemos de muchos mecanismos lingüísticos para garantizar el mantenimiento del referente y evitar la repetición innecesaria. Conviene, por otra parte, ser conscientes de que ciertas reformulaciones léxicas pueden estar marcadas subjetivamente. Su uso será acertado siempre que responda a nuestra voluntad comunicativa. Así, podemos referirnos a Fraga Iribarne como el exministro franquista, el fundador de AP, uno de los padres de la Constitución…pero no todas las fórmulas son válidas para cualquier ocasión.