Problemas provocados por la excesiva distancia entre el antecedente y el relativo

En la entrada anterior hablaba de la cohesión y de las dificultades que a veces se dan en el manejo de la referencia. Indicaba que uno de los procedimientos básicos es la utilización de elementos anafóricos para evitar las repeticiones enojosas y, al mismo tiempo, no perder la referencia. Pues bien, los pronombres de relativo son un recurso anafórico inevitable, y también en su uso hay errores.

Veremos algunos ejemplos claramente mejorables. Casi siempre el problema lo provoca el hecho de que hay una distancia excesiva entre el referente (al que llamamos “antecedente”) y el pronombre. Ello da lugar a frases muy forzadas, a veces ambiguas, que exigen al lector un esfuerzo que habría sido innecesario si el relativo hubiera estado inmediatamente después del antecedente o se hubiera elegido otra forma de expres

1)

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En este primer texto, hay trece palabras entre el antecedente, La primera de estas sesiones y el relativo, en la que. La gramática no marca exactamente la distancia entre estos elementos. Pero es obvio que en este caso es excesiva y que el lector se ve sorprendido.
La solución más recomendable habría sido prescindir de la estructura de relativo y utilizar un punto y seguido y un pronombre demostrativo. Con ello, de paso, se evitaría una frase demasiado larga:

La primera de estas sesiones tuvo lugar el 18 de mayo, con la Delegación de Participación Ciudadana como ponente. En ella se insistió en que las personas que se vean afectadas por este tipo de delitos deben interiorizar que, lejos de sentir vergüenza o humillación, tienen que comprender que están siendo víctimas de delitos como extorsión,…

2)

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Cualquier lector competente aplica automatismos variados en el proceso de lectura, automatismos que le permiten leer de forma eficaz. Uno de ellos es identificar como antecedente del relativo la palabra o expresión inmediatamente anterior.

De este modo, tenderá a creer que el antecedente del relativo la que es la Asociación Turística Tierras de Iranzu. Sin embargo, cuando sigue leyendo, el sentido le dice que está equivocado, que ese no puede ser el antecedente. Y entonces debe releer para comprobar que el antecedente tiene que ser La recién concluida Semana Santa. La distancia excesiva entre el antecedente y el relativo han provocado una dificultad de lectura innecesaria, que no existiría si quien ha escrito el texto hubiera optado, por ejemplo, por esta solución:

La recién concluida Semana Santa se ha cerrado con un balance muy positivo para la Asociación Turística Tierras de Iranzu. Ha aumentado el número de visitantes de dentro y fuera de Navarra, sobre todo de la Comunidad Autónoma Vasca y Cataluña”. (resolvemos, de paso, el disparate semántico de han crecido los visitantes).

3)

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Como ya se ha dicho, la distancia excesiva entre antecedente y relativo, además de entorpecer la lectura, a veces genera ambigüedad. En este caso, es razonable dudar, al menos en una primera lectura: ¿cuál es el antecedente de cuya formación: una mesa de trabajo o expertos? El texto sería más claro redactado de otro modo:

Los primeros pasos se comenzarán a dar este mismo mes de marzo con la formación de una mesa de trabajo plural e integrada por partidos, vecinos, colectivos y expertos. Su composición se decidirá dentro de unas semanas en una Junta de Gobierno.

4)

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De nuevo nos encontramos con otro caso de antecedente dudoso. Cuya intención podría referirse a La exposición, a Camino Paredes y a cinco hombres y cinco mujeres. Si, como creo, se trata de La exposición, el texto sería mucho más claro redactado de este modo:

La exposición, comisariada por la directora del Museo, Camino Paredes, reúne un conjunto de 20 obras realizadas por cinco hombres y cinco mujeres. Su intención es poner en evidencia que ‘el género no tiene que ser nunca un menoscbo sino una faceta más de la vida’, explicó.

 

Repetimos: no hay una regla estricta, pero sabemos que el relativo debe ir lo más cerca posible del antecedente. Cuando esto no es posible, contamos con otras opciones mejores que un relativo muy distanciado. Son opciones que, además, suelen evitar la redacción de frases excesivamente largas.

Mi actividad en twitter (1). La distancia entre el antecedente y el relativo

Tengo la costumbre de publicar un  tuit cada día  en mi cuenta de twitter @briasero, normalmente a primera hora de la mañana.  Casi siempre trata sobre errores lingüísticos o cuestiones de estilo, a partir de textos tomados de los medios de comunicación, principalmente de periódicos, pero también de la radio y de la televisión.

La actividad me gusta. Me obliga a esforzarme en dos momentos distintos: primero en la lectura o en la escucha; luego, en la redacción del tuit. Creo que, en general, mis seguidores captan perfectamente lo que quiero decir. Pero muchas veces se me quedan en el tintero las ganas de razonar, de explicarme con más detalle. Debe de ser manía de profesor.

Por ello, y porque alguien me lo sugirió hace tiempo, me propongo recoger mis tuits en sucesivas entradas de este blog. No lo haré en orden cronológico sino que los iré agrupando con criterio lingüístico: puntuación, léxico, sintaxis, estilo…

Empiezo con una cuestión sintáctica: los problemas que encuentra el lector cuando el antecedente y el pronombre de relativo están distanciados.

1.

 

No hay una regla que marque estrictamente la distancia entre el antecedente y el pronombre de relativo. Pero existe una regla no escrita que nos pide que el relativo vaya inmediatamente después del antecedente. Si no es posible, conviene que esté muy cerca, para evitar la confusión, para evitar que el lector se vea obligado a releer para identificar el referente del pronombre. En una primera lectura, no sabemos si el «que» se refiere a «acuerdo» o a «las sociedades de garantía recíproca». Por eso es más clara la solución que se propone en el tuit.

 

2.

La cita entrecomillada deja bastante que desear. Centrándonos en el relativo y su antecedente, vemos que también en este caso hay una distancia excesiva entre «sistema heteropatriarcal» y «el cual».

Una solución podría ser modificar la redacción de este modo: «…y cómo este afecta a las relaciones cotidianas, en especial en las relaciones festivas».

 

3.

Como se aprecia en la sugerencia del tuit, había una forma fácil de evitar la distancia excesiva entre antecedente y relativo. Otra solución habría sido esta: «En 5 años, 72 personas han participado en los talleres; 28 de ellas han accedido a un trabajo».

Siempre hay una solución si se está dispuesto a repensar la frase y aprovechar los recursos que nos ofrece el idioma.

Dificultades con los relativos

Son muy frecuentes los errores en el empleo de los relativos. Veamos algunos ejemplos:

1. En cuanto a las personas que le acompañarán en el nuevo gabinete, Miguel Laparra ha valorado de forma «muy positiva» la elección del resto de consejeros, a los que algunos conoce personalmente y de otros tiene referencias profesionales.

(Diario de noticias, 17 de julio de 2015)

En este caso, la obsesión por decirlo todo en una sola oración ha llevado al autor a producir esta frase disparatada. Un punto y seguido bien puesto –o un punto y coma- resuelve muchas veces el problema:

En cuanto a las personas que le acompañarán en el nuevo gabinete, Miguel Laparra ha valorado de forma «muy positiva» la elección del resto de consejeros. A algunos los conoce personalmente y de otros tiene referencias profesionales.

También podría haber mantenido la construcción con el pronombre de relativo:

“…la elección del resto de consejeros, a algunos de los cuales los conoce personalmente; de otros tiene referencias profesionales”.

En otros casos, el problema consiste en la omisión de una preposición obligada:

2. Hay dos personas que se van y que yo quería agradecerles su dedicación.
3. Este es el cliente que ayer te hablé de él.
4. Me refiero a los lectores que no les gusta la ciencia ficción.
5. Se celebrará la exposición en el mismo lugar que se celebró el año anterior.
6. Haremos un informe en el que nos ocuparemos de ciertos aspectos que no se han ocupado otros.
7. La norma que hablamos ya no está en vigor.

Las frases correctas son así:

• Hay dos personas que se van y a las que yo quería agradecer su dedicación.
• Este es el cliente del que ayer te hablé.
• Me refiero a los lectores a los que no les gusta la ciencia ficción.
• Se celebrará la exposición en el mismo lugar en el que se celebró el año anterior.
• Haremos un informe en el que nos ocuparemos de ciertos aspectos de los que no se han ocupado otros.
• La norma de la que hablamos ya no está en vigor.

Tal vez la explicación para este error tan frecuente esté en que, al usar el pronombre, aún no se tiene conciencia de la función sintáctica que va a desempeñar en la oración que encabeza. Si en la frase número 4 el autor hubiera escrito “Me refiero a los lectores que no aprecian la ciencia ficción”, la frase sería perfecta, dado que el “que” es el sujeto. En cambio, con “gusta”, es complemento indirecto y se requiere la presencia de la preposición “a” y el artículo los”.

Que este error se dé en la lengua oral, incluso en la formal, es explicable. Pero no tiene justificación en la lengua escrita. Puede que figure en el borrador, cuando lo que interesa al que escribe es el contenido. Sin embargo, una revisión mínimamente exigente debe identificar el error y solucionarlo.

Por otra parte, en algunas frases detectamos que la preposición está desplazada: acompaña al sustantivo antecedente, en lugar de preceder al relativo:

8. –Con la persona que te fuiste de copas es poco de fiar.

La solución es fácil:

La persona con la que te fuiste de copas es poco de fiar.

Finalmente, hay un error muy consolidado en la lengua oral y en la escrita consistente en la no utilización cuando corresponde del relativo «cuyo» o de cualquiera de sus variantes. «Cuyo» es un relativo peculiar, síntesis del pronombre relativo «que» y del posesivo «su». Es peculiar porque se refiere al antecedente pero concuerda con el consecuente:

9.-El bar que sus dueños no han pagado el impuesto será cerrado

El bar cuyos dueños no han pagado el impuesto será cerrado

Este uso está tan generalizado en la lengua oral, que una experta como Mar Garachana, que habla del fenómeno como «quesuismo», dice lo siguiente:

En el registro formal, la Academia indica que hay que evitar la sustitución de cuyo por que su o por que + determinante, que son una descomposición de cuyo; el relativo y el determinativo. Sin embargo, en la lengua oral creemos que es más natural el empleo de que su que el de cuyo.
(GARACHANA, Mar, «Norma culta», en MONTOLÍO, Estrella (Dir.), Manual de escritura Académica  y profesional (Vol. I), edit. Ariel, Barcelona, 2014, pág. 118.)

Y pone este ejemplo, que considera «correcto»: «¿Cómo que no te acuerdas de Juan? Sí, hombre, sí. Ese amigo mío que su padre es de Sevilla».

Y en relación con el lenguaje jurídico-administrativo, la autora recuerda: «En expresiones hechas del tipo en cuyo caso, a cuyo efecto, a cuyo fin, con cuyo motivo, con cuya acción, en cuya circunstancia, por cuya causa, la Real Academia recomienda el uso del demostrativo o de tal«. (Pág. 119). Sería interesante que quienes redactan leyes, sentencias, informes o edictos lo tuvieran en cuenta.